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Prólogo
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¡Y
por fin, vuelve a la calle.!
Gracias
a la colaboración de mucha gente que lo leyó, y pasa, una vez que
lo leíste sucede, querés hacer todo lo que esté en tus manos para
que este libro llegue a más manos, a más gente. Todos los libros de
Dafne, escritora archileída en los barrios, bondis, en los trenes y
plazas, donde difunde su obra, exigen ser leídos, pero este más que
ningún otro.
Y
creo que el principal motivo es: Solitùdine. En este libro Dafne
hace un doble viraje en su prosa, abandonando la tercera persona
omnisciente que todo lo ve, todo lo penetra, todo lo describe –hasta
los más ridículos actos, hasta los más pueriles motivos– para
encarnarse en la piel de esta particular pre-adolescente que quiere
ser escritora, y aquí el otro viraje de su prosa, que suele abordar
la vida de personajes comunes y cotidianos, sin grandes aspiraciones,
cosa que Soli no es. Y es su voz la que nos atrapa, la que,
sabiamente construida, nos lleva a recordar y sentir (la
identificación es inevitable, más para las mujeres, más para las
que escribimos y ya lo hacíamos a esa edad) esa frescura de los 13
años, que descubre todo por primera vez, que dice todo sin tapujos,
y que por eso mismo puede mostrarnos la cara más cruda del mundo.
Pero
además la riqueza de este libro está en cómo se va construyendo el
relato. Por un lado está el diario de Soli, como catársis, como
desahogo ante tanta impiedad del mundo, diario ínitimo que nos
permite acceder precisamente a lo más íntimo del personaje, hasta
los detalles más pueriles, casi vergonzosos o que ella siente así
(aunque cada tanto nos advierte que estuvo releyendo y corrigiendo lo
escrito hasta el momento y que ha reestructurado y eliminado cosas,
aludiendo a ellas de manera marginal y dejándonos a todos los
lectores (que damos por sentado que Soli existe, es real de carne y
hueso) con la intriga, por ejemplo de ¡qué pasó con Héctor!);
pero también como prueba y ensayo de su escritura (constantemente
ella se va haciendo anotaciones respecto a lo que considera bien o
mal escrito, a su forma de organizar o desorganizar el relato, e
inconsciente, inocentemente, nos mete en el mundo de las escritores y
de los escritoras en formación (cosa que, ya lo descubrirá ella, no
acaba nunca), en su cocina). Por otro lado están los cuentos,
relatos, poesías y hasta una novela trunca que ella va escribiendo,
que se van mechando cada tanto con su diario. Y entre medio de todo
eso, de forma indirecta está su historia, que se va percibiendo no
sólo a través de lo que ella nos cuenta, sino también de cómo nos
lo cuenta, cómo va cambiando su forma de expresarse y de
posicionarse ante el mundo, y la valoración que hace de él y de sí
misma también.
Por
todo esto considero y consideramos, todos los que hemos aportado a la
realización de este libro, que Solitùdine es una gran novela, y que
merece estar al alcance de todos, que merece ser leída en los
barrios, plazas y trenes, pero también en las universidades y demás
instituciones literarias, y por todo esto es también un honor para
mí estar prologando esta novela, de la cual también soy parte.
Anahí Ferreyra
Conseguilo en:
La libre, Bolivar 664, San Telmo
El Gato Escaldado,Av. Independencia 3548, Boedo
Puesto de Juan, FFyL UBA, Puan 480 PB, Caballito
El Pachamama
La Periférica
Feria del libro independiente y )a(, feriadellibroindependiente.blogspot.com
Las Desenladrilladores es
una propuesta que apuesta a los escritores vivos, los que están el
las calles, los que se desviven y muchas veces mal viven por darle
cuerpo a sus palabras, porque tienen palabras corpóreas, llenas de
peso, sentido, vitalidad. A los que hablan ahora, a los que nos
hablan de ahora, a los han leído pero también han vivido, a los que
leen y viven, y quieren con sus palabras hacer algo más que
entretenernos o embellecernos un viaje en colectivo, quieren hacernos
pensar, sudar, reír hasta que nos duela la panza o llorar hasta que
se nos salgan todos los mocos, mover nuestros ladrillos internos para
que se libere todo lo que allí se enquista y se enmohese.
Las Desenladrilladores
surge para darle fuerza a todos estos escritores brillantes, a estas
palabras nuevas a las que les cuesta abrirse camino.
La idea de este hazlo tu
misma surguió en el 2007, cuando estaba por publicar mi segundo
librillo-fanzine, Summersión, entonces me entusiasmó la idea
(quizás sabiendo sin saber que entraba en un camino, que habría
otros libros y librillos, de mi autoría y de otros escritores, a los
que querría dar materialidad y sacar al ruedo) de ponerle
“ediciones” algo. Un par de semanas estuve pensando nombres sin
que ninguno me convenciera, y entonces, lo que estaba delante de mis
narices se conectó con mi olfato, el dibujante con el que estaba
haciendo Summersión trabajaba además en la composición de cajitas
de fósforos pintadas con acrílicos, y tenía una secuencia de
cajitas que ilustraba el trabalenguas citado en otra parte de este
blog. Así fue como surgió Luna Enladrillada, nombre con el que
edité ese y otras primeras ediciones de mis libros y fanzines, junto
a otras editoriales pequeñas y autogestivas. Con el tiempo está
poesía popular fue viajando cada vez más lejos en mi interior y
cobrando más sentido que el de ponerle obstáculos a mi lengua, y me
dijé sí, qué loco, como hemos llegado a ponerle ladrillos hasta a
la Luna, o sólo están aquí, no sé, pero lo cierto es que casi no la
podemos ver desde las ciudades de tantos ladrillos luces smog y falta de costumbre, y decidí cambiar el nombre de mi algoparecidoauna-editorial por El Desenladrillador. Pero con más tiempo tampoco me
fue cerrando este nombre, principalmente porque soy mujer, y con el
deseo de albergar también a más desenladrilladoraes, de ambos sexos
sin que ninguno se le imponga a otro, surgió finalmente Las
Desenladrilladores, con los que edito y editaré junto a otros
artesanos de la palabra y la imagen, y que ya tiene en papel dos
libros:
Matar un Elefante, libro
de poesías de Ale Raymond con ilustraciones de Marcos Eleonori,
Anahí Ferreyra (quien les habla), Andy Serantes, Javier Mabarack y
Glenda Torrado.
Las Alturas, mi primer
nouvelle, con ilustraciones de tapa y contratapa de Leonardo
Occhipinti y prólogo de Dafne Mociulsky.
Ahora estamos trabajando
con Sofía Lino en la reedición de Sólitudine, gran novela gran de
Dafne Mociulsky, que esperamos pronto pueda estar en las manos de
todos los que ansían leerla, o los que ya ya leyeron y esperan poder
volver a tenerla para prestarsela a algún ser querido.
Anahí Ferreyra
Hola que tal. Bueno te felicito por todo tu trabajo, tu lucha y por... finalmente animarte a editar. A veces hay que animarse a saltar ciertos muros que nos imponen o los creamos nosotros mismos. Pero que siempre aparecen. Una vez que logramos saltarlos seremos libres y nuestras palabras volaran con cada brisa.
ResponderEliminarTe mando un abrazo y a seguir adelante